desastre

Desastre natural

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El término desastre hace referencia a las enormes pérdidas humanas y materiales ocasionadas por eventos o fenómenos como los terremotos, inundaciones, deslizamientos de tierra, deforestación, contaminación ambiental y otros.

Los desastres no son naturales, sino los fenómenos que los producen. Este término se diferencia en dos: "fenómenos naturales" y "desastre natural". Donde la naturaleza se encuentra en un proceso permanente de movimiento y transformación, que se manifiesta de diferentes maneras, a través de fenómenos de cierta regularidad como la lluvia en algunos meses del año en zonas montañosas, y de aparición extraordinaria, como los temblores de la tierra, las erupciones volcánicas o el desgaste natural del suelo que produce la erosión.

Otros desastres pueden ser causados por ciertas actividades humanas, que alteran la normalidad del medio ambiente. Algunos de estos tenemos: la contaminación del medio ambiente, la explotación errónea e irracional de los recursos naturales renovables como los bosques y el suelo y no renovables como los minerales, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de alto riesgo.

Fenómenos naturales, como la lluvia o el viento, se convierten en desastre natural cuando superan un límite de normalidad (threshold, en inglés), medido generalmente a través de un parámetro. Éste varía dependiendo del tipo de fenómeno (escala de Richter para movimientos sísmicos, escala Saphir-Simpson para huracanes, etc.).

Los efectos de un desastre natural pueden amplificarse debido a una mala planificación de los asentamientos humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas de alerta provocados por el hombre se torna un poco difusa.

A fin de la capacidad institucional para reducir el riesgo colectivo de desastres, éstos pueden desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir a éste debido a carencias en la planificación y en las medidas de seguridad. Un ejemplo clásico son los terremotos, que derrumban edificios y casas, dejando atrapadas a personas entre los escombros y rompiendo tuberías de gas que pueden incendiarse y quemar a los heridos bajo las ruinas.

La actividad humana en áreas con alta probabilidad de desastres naturales se conoce como de alto riesgo. Zonas de alto riesgo sin instrumentación ni medidas apropiadas para responder al desastre natural o reducir sus efectos negativos se conocen como de zonas de alta vulnerabilidad.



LOS VOLCANES

INTRODUCCIÓN

Con justa razón se llama á las Cordilleras de los Andes, de la zona ecuatorial "las montañas más grandiosas del Globo" Al mismo Himalaya, que en verdad posee las cúspides más altas, pero no en mucho, la misma extensión longitudinal, y al que le falta el adorno pintoresco de los volcanes, quizá le corresponde entre las altas montañas de nuestro Planeta tan sólo el segundo lugar.

La parte más importante de las montañas de los Andes de Sud-América queda al norte y al sur de la línea equinoccial, allí en donde se levanta la doble serie de volcanes de Quito (Actual Ecuador)"

El Ecuador es tierra de volcanes. La región interandina de nuestro país está atravezada por varias cadenas montañosas en las que se destaca al menos una decena de volcanes, varios de ellos activos y a corta distancia unos de otros.

Las erupciones de estos colosos no son eventos nuevos, la historia de nuestro país tiene registros de estos fenómenos desde hace siglos. Es por eso que la población está acostumbrada y ha aprendido a convivir con los volcanes.
Un ejemplo de ello es Quito, capital del Ecuador, una ciudad de un millón y medio de habitantes que se encuentra emplazada en las faldas del Pichincha, un volcán de actividad constante. Hace algunos años este volcán emitió grandes cantidades de ceniza que cayó en la ciudad. Lo mismo sucedió hace algunas semanas con la ceniza de otro volcán ubicado a más de 95 kilómetros de distancia de Quito, el Reventador.

El viento acarreó el polvo desde la región amazónica hasta el valle de Quito.

La lluvia de ceniza cubrió un área de 20 kilómetros cuadrados, afectando a Quito y a sus zonas circundantes por algunas horas. De inmediato la población supo qué hacer. Se organizaron comités de limpieza y seguridad. Autoridades municipales y de gobierno comenzaron a trabajar de inmediato en la solución de los inconvenientes causados por el millón de toneladas de ceniza que cayó sobre la ciudad.

Para quienes visitaron Quito en esos días el fenómeno dio más motivos de curiosidad que de preocupación. Una vez que las medidas de seguridad y protección fueron tomadas, el inusual espectáculo de una ciudad envuelta en una nube de ceniza no dejó de llamar la atención de propios y extraños. Poco después, las lluvias contribuyeron a normalizar el ambiente y luego de tres días de la erupción la normalidad volvió a la capital.

Estos fenómenos de la naturaleza han generado nuevas oportunidades para el turismo. Por ejemplo, quienes visiten la región andina pueden optar por ir a la ciudad de Baños, en el centro del país, y llegar de forma organizada y segura hasta alguno de los varios puntos de observación del volcán Tungurahua, del que periódicamente se elevan columnas de gases, ceniza y vapor. Durante las noches despejadas es todo un espectáculo observar el descenso de flujos incandescentes por sus laderas.

La actividad volcánica del país cuenta con monitoreo y seguimiento permanente. La prevención es una preocupación constante de la población y de las autoridades. La evidencia es el saldo directo de la reciente erupción de El Reventador: no ha habido pérdida de vidas humanas.

VOLCANES DEL ECUADOR

VOLCANES DEL ECUADOR

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el tugurahua

Localización [editar]El Tungurahua (5.023 metros) está localizado en la Cordillera de Ecuador (Los Andes), 140 kilómetros (87 millas) al sur de Quito, la capital del país. Notables montañas y volcanes cercanos son el Chimborazo (6.310 metros) y El Altar (5.319 metros). La pequeña ciudad de Baños, conocida por sus aguas termales, se encuentra en sus faldas, a aproximadamente cinco kilómetros al norte. El Tungurahua es parte del Parque Nacional Sangay.

Glaciares [editar]Después del incremento de la actividad volcánica en 1999, los glaciares en la cumbre del Tungurahua se derritieron.

Vulcanismo [editar]
Foto de la Columna de Ceniza de 2003, tomada desde el Refugio Bajo. (2003).En mayo de 2006, nuevas columnas de gas y cenizas, de aproximadamente dos kilómetros, se vieron aparecer sobre el cráter.

El 14 de julio de 2006 el Tungurahua inició su más violenta erupción desde 1999. Aproximadamente a las 6:00 de la tarde, el volcán dejó escapar una columna de quince kilómetros, compuesta de cenizas, vapores y rocas. La columna se dirigió hacia el océano Pacífico y fue claramente visible en fotos de satélite.


Imagen satélite, colorizada del Tungurahua y del Chimborazo (hacia el centro de la fotografía, a la izquierda).Durante la noche y la mañana del 15 de julio de 2006 temblores constantes, explosiones, emisiones de ceniza y caída de rocas pusieron a la población de Pelileo, Baños, Penipe, y otros cantones de las provincias de Chimborazo y Tungurahua en alerta. Se reportó que flujos de lava dañaron la carretera entre Baños y Penipe. La ceniza destruyó cultivos y calcinó animales. El 17 de julio, se reportó que por primera vez desde 1999, flujos piroclásticos ocurrieron, alcanzando el evacuado caserío de Cusua y el puente de Las Juntas.

La actividad continuó, parcialmente limitada por casi un mes, hasta el 16 de agosto de 2006. En la mañana de ese día, aproximadamente a eso de las 8:25 am, una enorme explosión señaló el inicio de lo que parece ser el evento mayor de este proceso eruptivo. Una columna de lava de ocho kilómetros emergió del cráter. El volcán también dejó escapar inmensas cantidades de rocas ardientes y cenizas. En el transcurso de la noche, la totalidad de la provincia del Tungurahua, incluyendo Ambato, Pelileo, Baños y la provincia del Chimborazo, incluyendo Riobamba y Penipe, fueron cubiertos de capas de rocas y cenizas.

La población abandonó aterrorizada las ciudades y caseríos que rodean al volcán. Baños, Juive, Palictagua, Bilbao, Cusúa entre otras fueron evacuados. En la mañana del 17 de agosto, el tránsito vehicular fue totalmente suspendido en Ambato, y la población fue urgida a permanecer en sus casas. La central hidroeléctrica Agoyán suspendió sus actividades. Cultivos en toda la región fueron totalmente destruidos.

El curso del río Chambo fue bloqueado y sus aguas se hallan elevándose en una inmensa represa. El Ejército ecuatoriano está considerando diversos métodos para destruir el dique, con el fin de evitar una eventual catástrofe.

Al menos cinco personas han muerto calcinadas en el poblado de Palictahua y se ha reportado que trece personas fueron heridas. Agua potable se presume contaminada en la región.

El 6 de febrero de 2008 el Tungurahua comenzó a lanzar cenizas y piedras incandescentes, lo que obligó a las autoridades a la evacuación forzosa de las poblaciones cercanas, declrándose alerta roja (el nivel máximo).[1]

En el mes de enero de 2010 su actividad volcánica se incrementó levemente poniendo en alerta a las poblaciones aledañas y su estado se mantiene estable hasta el momento.

VOLCAN EL ALTAR

El Altar es un volcán extinto localizado en el centro de Ecuador, en la Cordillera Oriental de los Andes a unos 45 km al suroeste de Riobamba.

El volcán recibe su nombre debido a las formas que adoptan sus numerosos picos, semejando el altar de una iglesia colonial. Los incas llamaron a este volcán Capac Urcu, que significa montaña todopoderosa.

La composición dominante de basaltos hace que aparezcan numerosos lagos coloreados en el volcán. La caldera del volcán, llena de cuevas, recibe un pequeño flujo de agua de estos lagos.

Los españoles, quienes le otorgaron el nombre actual, nombraron la cumbre norteña como Canon, la cumbre del este como Tabernacle y la cumbre meridional como Obispo.

EL ALTAR

EL ALTAR